miércoles, 30 de septiembre de 2009

TALLER

Un taller de autos y motos montado en una fosa gigante cavada en el piso de un galpón. Alturas inmensas, guinches, grúas, malakates de los que cuelgan motores. Allá abajo se arreglan todo tipo de vehículos. Los mecánicos dejaron hace tiempo su modesto taller del Abasto y tan bien les fue que montaron este en los fondos de la casa de una abuela fallecida. Las oficinas están dispuestas en una especie de cabina/ balcón/ tribuna desde dónde puede verse el trabajo de los mecánicos como si fuera un espectáculo o una operación con público. De hecho a espaldas de los escritorios hay gradas dispuestas para eventuiales invitados o propietarios que quieran ver de qué manera son tratados sus móviles.
Al mediodía cierran las puertas, corren los teclados de las computadsoras, los papeles, los talonarios y convierten las mesas de trabajo en comedor. Almuerzan comidas rápidas en bandejas de plástico mientrsa observan hacia abajo a los operarios hacer lo mismo pero con las manos engrasadas.

martes, 29 de septiembre de 2009

LA FUERZA

Puesto de vigilancia y control de la policía federal ubicado bajo la General Paz a la altura de la estación Rivadavia del ferrocarril Mitre, ramal Retiro- Tigre. Garita de chapa con los vidrios rotos, junto a la ventana del lado de afuera un espejo roto apoyado sobre un tambor de kerosene multiplica y expande el ángulo de visión que desde ahí se tiene. Unos conos de color anaranjado fosforescente marcan la zona donde los autos deben detenerse si algún agente así lo indica. Un baño químico ubicado a unos pocos metros.
Es de noche, hace frío, la luz de las farolas da a todo una tonalidad amarillenta. Pasan por encima autos y camiones.
Los agentes Rojo, Verri y Rico conversan enfundados en sus uniformes azules. Por encima de las camperas llevan puestas casacas naranjas.

lunes, 7 de septiembre de 2009

SOÑÉ

Que me despertaba tarde, que se hacía tarde.
Que llegaba a mi casa un micro lleno de chicos en el momento menos oportuno.
Que se armaba una comilona en mi casa con toda la "primada".
Que erámos como cincuenta comiendo en la vereda.
Que ibamos en el micro a llevar a alguien a la terminal y que todos los que iban eran ahora hombres grandes, todos locos de un neurosiquiátrico.
Que se escapaban de a uno, después de a dos, después de a tres.
Que se escapaban todos juntos.
Que se perdían en la multitud y yo no podía hacer nada para frenarlos.
Que me quedaba otra vez dormido y que otra vez se hacía tarde, tardísimo.
Que pedía un auto prestado.
Que lo dejaba parado en medio de la avendia mientras descargaba unas cosas.
Que me lo robaban.
Que me daba cuenta de que no lo había pedido prestado sino que lo había tomado prestado.
Que ni me acordaba a a quién.
Que me tranquilizaba pensando en que algún seguro lo pagaría.
Que no iba a poder hacer ningfuna denuncia porque no tenía las llaves del auto que de hecho había dejado puestas.
Que me había metido en un quilombo estando totalmente lúcido.
Que me daba cuenta que todo era un sueño.