miércoles, 18 de noviembre de 2009

DEL DETERIORO Y EL ORDEN

Aceptar el deterioro del otro, del ser ¿querido?, aceptar que mi mamá está en franco deterioro, de-te-rio-ro... qué palabra no?. "Tú mamá está endeterioro" me escupió duramnete pero con respeto y cariño mi analista hace un rato. Mi mamá est´ña senil sin tener la edad de la senilidad, siendo una persona "joven" está senil. Entonces se vuelve inmanejable. Intratable, imposible, inbancable, insoportable. Mamá es una cosa con la que no sé exactamente qué hacer.  




Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:
senil


  1. adj. De los ancianos o la vejez o relativo a ellos:
    achaques seniles;
    demencia senil.


  2. Que presenta decadencia física o psíquica:
    está un poco senil y tiene sus manías.






deterioro

  1. m. Degeneración, empeoramiento gradual de algo:
    deterioro de una relación.


deteriorar

  1. tr. Estropear gradualmente, menoscabar. También prnl.:
    las cosas se deterioran con el uso.


Entonces hablamos un buen rato de todo esto en la sesión y también de cómo me afecta. Y aparece la imagen recurrente de mi mamá rodeada de cajas de cartón sin abrir durante años, y me viene la imagen actual de ella rodeada de porquerías en su habitación, ella viviendo en medio de un desorden soberano, un caos absoluto y por ese camino terminamos hablando de mí, de mi propio desorden, de mi caos personal y de cómo hace diez días me metí de cabeza en la aventura y locura de encarar en mi escritorio un megaorden absoluto, de como vacié durante dos días todo, las bibliotecas, los cajones, como apilé y junté en un solo lugar todo: compactos, videos sin etiquetas, cassettes de mil años, montañas de papeles, revistas viejas, libros leídos, por leer y por no leer nunca, objetos inclasificables, carpetas vacías, hojas de todos los tamaños, lápices, marcadores, biromes, etctera, etcetera, etcetera...de como estuve practicamente diez días rodeado de todas estas cosas sin saber qué hacer con ellas, dónde ponerlas de nuevo, cómo organizarlas, de como las cosas que ordené siguen sin estar ordenadas, de como me resisto a meter cosas en cajones, finalmente de como tengo todo a la vista, como falta terminar de ordenar, y de como yo tengo la esperanza, la expectativa de que cuando termine con todo este trabajo de ordenar lo que necesito y quiero y tirar o dar, en todo caso deshacerme de todo lo que no me sirve o no quiero, de como cuando termine con todo voy a poder trabajar mucho mejor, de como creo que al final de esto voy a poder "hacer" en serio, escribir de veras y avanzar. Y entonces el dice: Es verdad, todavía te falta terminar de ordenar y mientras tanto tenés las cosas a la vista. Y además tendrías que ser un poco más audaz." y enseguida: "Vamos a dejar acá." 

domingo, 1 de noviembre de 2009

3 GIGAS Y LA OBRA NO APARECE



RENDICIÓN

Es la mañana del domingo 1 de noviembre de 2009, son ahora exactamente las 10:48, hora argentina. Estoy sentado frente a la computadora desde hace una hora y media, poco más, poco menos. Básicamente me levanté de la cama, escapándole al sueño, a la fiaca y al calor de las sábanas en este día frío y lluvioso, con el objetivo, la "misión" de escribir, de trabajar en la obra de teatro que me tiene atrapado , o sea en la que estoy atrapado desde hace más de un año: Armar Vietnam, tal el título tentativo de la misma. Hasta acá no logré mucho, más bien nada. Volví a revisar las mismas cosas de siempre y escribí algunas líneas aisladas y caóticas, ninguna de las cuales parece aportar nada a la reformulación concreta de la obra en la cual se supone que estoy embarcado. ¿Cómo seguir? Otra vez la misma pregunta. Como dije alguna vez: me pasa como autor lo mismo que les pasó a  los americanos, metido hasta el cuello en un mundo desconocido y hostil al que pretendo controlar, sin chances de ganar pero demasiado metido como para abandonar. Aunque tal vez debiera aprender la lección de la historia y adelantarme a la rendición que inevitablemente llegará. ¿Y si esa fuera la forma de ganar?