domingo, 1 de noviembre de 2009

RENDICIÓN

Es la mañana del domingo 1 de noviembre de 2009, son ahora exactamente las 10:48, hora argentina. Estoy sentado frente a la computadora desde hace una hora y media, poco más, poco menos. Básicamente me levanté de la cama, escapándole al sueño, a la fiaca y al calor de las sábanas en este día frío y lluvioso, con el objetivo, la "misión" de escribir, de trabajar en la obra de teatro que me tiene atrapado , o sea en la que estoy atrapado desde hace más de un año: Armar Vietnam, tal el título tentativo de la misma. Hasta acá no logré mucho, más bien nada. Volví a revisar las mismas cosas de siempre y escribí algunas líneas aisladas y caóticas, ninguna de las cuales parece aportar nada a la reformulación concreta de la obra en la cual se supone que estoy embarcado. ¿Cómo seguir? Otra vez la misma pregunta. Como dije alguna vez: me pasa como autor lo mismo que les pasó a  los americanos, metido hasta el cuello en un mundo desconocido y hostil al que pretendo controlar, sin chances de ganar pero demasiado metido como para abandonar. Aunque tal vez debiera aprender la lección de la historia y adelantarme a la rendición que inevitablemente llegará. ¿Y si esa fuera la forma de ganar?

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