miércoles, 28 de octubre de 2009

FRESCO

Salgo caminando a la mañana temprano, ni triste ni contento. Encaro, bien vestido, voy camino al trabajo. Estoy desayunado, estoy sintonizado, estoy fresco, estoy. La primavera explota en los milquinientos tonos de verde que enmarcan las cuadras que me separan de la estación de tren. No pienso nada en particular, tampoco en general. Soy en ese momento la persona más común de todas las personas. Exagerando y distorsionando, podría decirse que en ese momento mi vida no vale nada y a la vez nada vale más que ese momento, ese instante. Nada vale más que este día y este comienzo en que camino suelto, camino fresco, camino atento.
Eso.

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