lunes, 29 de octubre de 2007

WARM-UP


Calentar los dedos, ablandar la mano, mantenerse en estado "escribiente", sintonizar, ponerse en onda, ponerse en tema...todas estas podrían ser razones/motivos/objetivos/razones de ser de y para estas entradas, estas irrupciones de la persona en el autor y del autor en la persona. Es quizá darles un tiempo para que se encuentren, hagan el cambio de turno para ocupar el cuerpo y la mente del que está sentado ahí imaginando, dejándose llevar, arrastra por fuerzas que empujan y que frenan y que van más allá de la voluntad y las ideas.
He renunciado a tener las horas ideales, más firma me pongo más fracaso más me frustro. ¿Entonces? Entonces una forma más relajada, más ser el que soy y voy pudiendo ser. Más un estar en contacto y al tanto permanente con lo que se va a construyendo en la cabeza, más dejarse atrapar por el mundo que construimos y más también en su propia capacidad de autoconstrucción.
No estoy diciendo (escribiendo en verdad) que no haya que planificar el trabajo y tratar de respetar ese plan, lo que digo es que hasta que ese plan se instala de hecho, se constituye en algo seguro, en una actividad que marca y cierra su propio perímetro de espacio y tiempo e impide que otras cosa ocupen o compitan con su lugar como por ejemplo la forma, la manera en que se fijaron en la rutina semanal las prácticas de Aikido. Son tres, a veces cuatro días y horas a la semana que ya aparecen por default bloqueadas en la agenda y que no aceptan en principio ser ocupadas con ninguna otra actividad o interés que no sea esa.
De la misma manera habrá que tener paciencia para que la escritura ocupe esos tiempos y de esa forma, con esa calidad y autoridad.
Mientras tanto esto: ser el que se puede ser, hacer lo que se hace, escribir lo que se escribe y darle tiempo a la persona y darle tiempo al autor para que se encuentren, se conozcan, trabajen juntos, sean uno solo.
Defender las horas escribiendo. Al final habrán sido diez horas o veinte o treinta o dos o ninguna. Por ahora serán las horas y el tiempo que uno de hecho termine dedicándolo. Lo demás, planes e intentos de ser rígidos y estrictos, no parecen funcionar bien hoy. No por lo menos con la persona que vengo siendo, tampoco con el autor que quiero ser.

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