viernes, 26 de octubre de 2007

YO QUERÌA SER AUTOR

Aquí estoy intentándolo de nuevo, escribir y escribir algo, lo que sea pero que sea algo. Buscarle la vuelta. Luchar con las palabras una batalla que sabemos perdida, que sabemos batalla.
Intento ahora este otro camino que refleje algo, aunque sea un poco, muy poco, lo mínimo indispensable; este proceso que hago. Esta cosa en la que me veo envuelto muy a mi pesar, muy a mi alivianar en realidad, en verdad.
Este camino arduo al que no puedo ni quiero ni imagino renunciar.
Mi analista una vez me dijo: "Cada vez que se toma la pluma se mata al padre" ¡¡Uh!!
¿Y cada vez que se enciende la computadora? ¿¿Y cada vez que se apreta una tecla???
Debe ser matar al padre a los trompazos de dedos. Una especie de digitopuntura al revès. Se usan los dedos para clavarle al padre las letras como agujas a lo largo y ancho de todo su cuerpo. Agujas en el torso, en el abdomen prominente,en los brazos fofos, en las piernas deformes. Clavar agujas en la frente y en la mollera calva. Clavar agujas en los labios, la nariz, las orejas. En la punta de la lengua. En los párpados o, mejor, directamente en los ojos. Eso. Como en la película "Audition". Esa escena en que la chica, la japonesa, paraliza al tipo con un veneno que no lo mata pero lo deja inmovilizado y le empieza a clavar agujas por todo el cuerpo. Y le clava unas en los ojos. Y después le corta un pie...bueno...terrible la película y no viene al caso.
Bien...ampliando el concepto, generalizandolo un poquín nomás..capaz que diríamos.Cada vez que se escribe se mata al padre.
Y se escribe la propia historia. Y cada vez que se escribe, sea verdad o mentira, realidad o ficción; cada vez que se escribe se escribe la propia vida. Se cuenta una historia. Se cuenta cómo nos volvemos hombres. cada vez que escribo me vuelvo un poco más hombre. Soy. Devengo. Aparezco. Existo de una forma distinta en un plano diferente. cada vez que escribo me vuelvo este: el trasnochado, el borrachín, el hombre simpático, el que parece tener menos años, al que varios le dicen: Pibe.
Aquí estoy intetándolo de nuevo. Buscar buscar buscar. Mostrarse. Estar. Y en el camino sorprender cada tanto. Tirar unos triangulitos, sacudir los rompeportones, hacer un mínimo esfuerzo y viajar.
Escribo, escribo, escribo.
Muestro el que soy con palabras.

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